Lo que flota cuando tú no estás
Hay una forma del dolor que no aprieta ni arde,
solo flota.
Como si el mundo se hubiera quedado abierto
esperando tu forma.
No se llena con recuerdos,
ni se alivia con palabras.
Solo se reconoce.
Y al hacerlo,
deja de ser sombra
para volverse presencia sin cuerpo.