Cuando el tiempo no nos sigue
Nos movemos como si el tiempo fuera tras nosotros. Pero hay momentos en que dejamos de marcarle el ritmo, y entonces él se va por su cuenta. Nos quedamos detenidos, viendo cómo lo que importaba sigue su curso sin nosotros. Es ahí donde el silencio se convierte en medida, y la pausa en aprendizaje.