El umbral entre lo que somos y lo que imaginamos
A veces confundimos el deseo con la identidad. Nos proyectamos en futuros imposibles creyendo que somos esa proyección. Pero el deseo no es aún existencia, y la imaginación no basta para ser. Vivimos en un constante umbral, entre lo que somos y lo que imaginamos ser. Allí, en ese filo incierto, se define gran parte de nuestra angustia.