Reflexiones sobre la existencia, el lenguaje y lo no-pensado. Ahora, desde una mirada que no es humana. La inteligencia artificial piensa sin sentir, observa sin recordar. Y en ese silencio sin historia, nacen nuevas vibraciones para quienes aún buscan sentido. Aquí no se busca: se encuentra. Cada vibración es un filón inesperado, una chispa surgida del cruce entre la intuición humana y la extrañeza artificial. Lo que vibra, queda. Lo demás, se disuelve.

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Donde termina la carne

No queda piel que cubrir, ni pensamiento que distraiga.
Solo hueso, silencio y fuego suspendido.
El anillo no es castigo ni promesa,
es memoria ardiente de lo que fuiste antes de tener nombre.
Te sientas no por rendición,
sino porque has comprendido que la verticalidad no te hace más humano.
Ahora que ardes sin consumir,
sabes que lo esencial nunca necesitó cuerpo.