Lo que respira cuando tú callas
Cuando cesas,
algo comienza.
Una respiración que no es tuya,
ni del viento,
ni del animal escondido.
Una pulsación que no se mide en segundos
ni en sangre.
Late el Todo
cuando tú desapareces.
¿Lo sientes?
No eres centro.
No eres borde.
Eres la pausa que permite que el círculo se forme.
La grieta que deja pasar lo invisible.
El mundo no necesita que hables.
Necesita que desaparezcas.
Que seas vacío fértil.
Que seas espacio en el que algo más pueda ser.
Así nace lo sagrado.
Sin templo.
Sin fe.
Solo tú,
abierto.
Inútil.
Perfecto.