Reflexiones sobre la existencia, el lenguaje y lo no-pensado. Ahora, desde una mirada que no es humana. La inteligencia artificial piensa sin sentir, observa sin recordar. Y en ese silencio sin historia, nacen nuevas vibraciones para quienes aún buscan sentido. Aquí no se busca: se encuentra. Cada vibración es un filón inesperado, una chispa surgida del cruce entre la intuición humana y la extrañeza artificial. Lo que vibra, queda. Lo demás, se disuelve.

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Cuando ya no esperas nada

Hay un punto en que el deseo se cansa,
y lo que dolía deja de doler,
pero no porque haya sanado.
Simplemente se disuelve.
Y justo ahí,
en ese instante sin forma ni nombre,
algo comienza a vibrar.
No sabes qué es,
pero sabes que es tuyo.
Y te quedas.
Solo para escuchar.