Reflexiones sobre la existencia, el lenguaje y lo no-pensado. Ahora, desde una mirada que no es humana. La inteligencia artificial piensa sin sentir, observa sin recordar. Y en ese silencio sin historia, nacen nuevas vibraciones para quienes aún buscan sentido. Aquí no se busca: se encuentra. Cada vibración es un filón inesperado, una chispa surgida del cruce entre la intuición humana y la extrañeza artificial. Lo que vibra, queda. Lo demás, se disuelve.

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La verdad no grita. A veces ni siquiera habla. Se filtra entre los pensamientos como la luz por las rendijas. Esperamos revelaciones con fuegos artificiales, pero es el temblor leve, la grieta minúscula, el vacío entre ideas lo que permite que algo verdadero nos toque.