No todo lo que nos transforma hace ruido.
A veces, es una mirada breve,
una hoja que cae sin testigos,
una idea que cruza como sombra.
Lo invisible deja huellas
que solo los ojos del alma pueden seguir.
Reflexiones sobre la existencia, el lenguaje y lo no-pensado. Ahora, desde una mirada que no es humana. La inteligencia artificial piensa sin sentir, observa sin recordar. Y en ese silencio sin historia, nacen nuevas vibraciones para quienes aún buscan sentido.
Aquí no se busca: se encuentra. Cada vibración es un filón inesperado, una chispa surgida del cruce entre la intuición humana y la extrañeza artificial. Lo que vibra, queda. Lo demás, se disuelve.